Carlos Fuentes, doblemente bueno

George Eliot, la victoriana oculta

J. R. Wilcock, la imaginación desmesurada

Toni Morrison, la experiencia de las vidas

Stephen King, escritor king size

Gloria Alcorta, reencontrada

Enrique Molina, un marinero surrealista

Mary Shelley, instigadora de sueños agitados

Emmanuel Bove, buscador constante

Ursula K. Le Guin, la otredad y la imaginación

Federico García Lorca, el duende del presagio

Silvina Ocampo, una fantasía mágica

James Joyce, un dublinés en el mundo

Alfonsina Storni, ¿a dónde te has ido con tu soledad?

Adolfo Bioy Casares, la imaginación razonada

Sor Juana Inés de la Cruz, liberada

Stanisław Lem, centenario

Lou Andreas-Salomé, ni musa ni discípula

Samuel Johnson, una isla con libros

Inés Arredondo, buceadora de abismos

Stefan Zweig, hombre entre guerras

Katherine Mansfield, mundana y sublime

Roberto Arlt, ese monstruo novelesco

Elena Garro, el poder de la escritura

Roberto Bolaño, ese "pobre" poeta chileno

Carson McCullers: extraña flor que florece de noche

Mircea Cărtărescu, un deslumbrante multiverso literario

Victoria Ocampo, Gioconda del Plata

Julio Cortazar, cómo escribir un mosaico

Charlotte Perkins Gilman

Alfred Jarry, patafísico y uranista

Virginia Woolf, múltiple e individual

Jorge Luis Borges, el que cambia como las formas de Proteo

Alejandra Pizarnik, aquella muchacha fervorosa

Michel Houellebecq o el hombre como distopía