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Antje Rávik Strubel, lenguaje y poder

Traducida por primera vez al español con su novela Mujer azul, de la mano de Ariel Magnus, Antje Rávik Strubel es dueña de una potente voz literaria. Su obra nos llega a través de la editorial boliviana El Cuervo. Visitó la Feria Internacional del Libro y charló con Ulrica Revista sobre los desafíos de la traducción y sobre la voces que resuenan en su novela.


Edición especial - Feria Internacional del Libro de Buenos Aires


PH. Zaia Alexander

Antje Rávik Strubel se perfila como una de las voces más potentes de la literatura alemana actual por su capacidad para captar el mundo tal cual lo percibe. Mujer azul es una prueba cabal de eso. Una novela que desanda el camino de Adina, una joven checa que fue violentada por un respetado político alemán.

Una novela sobre el exilio y la búsqueda de una identidad más allá de cualquier frontera.


ULRICA: Esta es tu primera novela traducida al español. Y es una edición latinoamericana. ¿Cómo te gustaría ser presentada para tus lectores en esta lengua?

ANTJE RÁVIK STRUBEL: Me gustaría que la novela se presente en la forma más fiel, posible, a la original. Pero es lo mismo que deseo en cada una de las lenguas a las que soy traducida. El ritmo del lenguaje y las imágenes y metáforas creadas a través del lenguaje son mucho más importantes que yo. Estoy escribiendo, básicamente, en un estilo realista, mis historias son realistas, pero me mueve el lenguaje más que un tópico… aunque pueda sonar sorprendente cuando lees Mujer azul. La temática surge mientras voy escribiendo. Encontré la historia de Adina en el lenguaje que creé para ella. Todo apareció mientras estaba en Finlandia tratando de imaginarme como sonaría ella. El personaje cargaba con una serie de problemas y los expresaba con un sonido específico con una forma muy propia de hablar, de pensar y de sentir. Pero para captar sus “formas” tuve que escuchar cómo ella se expresaba. Por eso es tan importante tener un traductor con gran sensibilidad por la composición de la novela como un todo.

U: ¿Quién es la Mujer Azul? Esa figura casi mitológica que elegís para titular tu novela.

ARS: Para mí ella no es mítica. Es una figura siempre en los límites de lo real y lo irreal. Es uno de esos personajes literarios que pertenecen a los elementos del agua y del aire. Que no están atados a las restricciones de la realidad, pero que, sin embargo, pertenecen a ella. Si la mirás con detenimiento: está presentada en forma realista. Sabemos lo que está vistiendo, habla como nosotros, incluso cuando tiene cosas sabias para decir. La única diferencia es que no sabemos nada sobre su pasado, su historia personal (eso puede ser suficiente para pensarla como una figura mítica de nuestros tiempos, cuando tenés la historia de alguien a la mano con solo buscarlo en Twitter o Facebook). Ella representa, básicamente, un futuro mejor para Adina. Representa un deseo real por un mundo bello. Es como el horizonte: abierto pero inalcanzable. No la podés explicar. Si leés el libro con el interés del detective, para descubrir quién es ella realmente, te vas a sentir decepcionado. Ella prácticamente abre otro nivel en el libro. El yo-narrador (que solo asoma en los pasajes en que aparece la Mujer Azul), puede comunicarse sin palabras con ella sobre el lenguaje, sobre hablar y contar la propia historia. Son pasajes de mucha introspección, que reflexionan sobre el gran problema de Adina: se quedó sin palabras. El trauma te deja sin palabras. Adina no puede hablar de lo que le pasó. Se vuelve incapaz de llegar a ese punto tan íntimo en el que reside todo el dolor…


U: Tu novela habla sobre las formas, el uso y el abuso del poder. ¿Cuál crees que es la relación entre el abuso del poder político y la violencia contra la mujer?

ARS: Si hay jerarquías y estructuras de poder construidas en el principio de exclusión del otro, entonces siempre va a haber violencia contra la mujer. El poder político es básicamente patriarcal. El otro –históricamente hablando – es la mujer. Los hombres crearon este tipo de estructuras de poder. Si uno se define por la exclusión de la otredad, el otro se transforma en algo que debe ser combatido, excluido, marginado y, por lo tanto, también puede ser objeto de abuso y de violación. Yo no soy una teórica. Pero estoy convencida que tienen que cambiar estas estructuras de poder político, en las que hemos edificado nuestras sociedades desde hace siglos y lo seguimos haciendo.


U: En Mujer azul podemos ver tu trabajo como traductora de autoras en lengua inglesa. ¿Sentiste, en algún punto, la influencia de Virginia Woolf o de Lucia Berlin (dos a quienes traducís en el libro)?

ARS: Totalmente, Virginia Woolf tiene una gran influencia. Me hace pensar mucho. Incluso, como habrán notado, la menciono en varias oportunidades. El personaje de Kristiina está muy influenciado por Woolf. Y Woolf me ayudó a salir de la rabia después de investigar tanto sobre violencia sexual. Woolf dijo algo así: no podés escribir en la luz roja de la ira.Tenés que dejar que tu espíritu se ilumine. Estoy parafraseando. Y traducir a Lucia Berlin fue una gran experiencia. Es una autora increíble y me hizo muy feliz tratarla tan íntimamente con una traducción.


U: ¿Cuáles son tus expectativas al viajar a esta región y visitar la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires?

ARS: Creo que lo mejor es viajar con los ojos y el corazón abiertos y ¡estar dispuesto a todo!



La autora participó de la FIL con el apoyo del Goethe-Institut

y de la Feria Internacional del Libro de Frankfurt.

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