El invitado especial de este mes, es librero todos los días del año: así que es pan comido para él y lo hace de una forma muy personal.
Por Patricio Rago
Bueno.
Voy a hablar de Una soledad demasiado ruidosa de Bohumil Hrabal.
Voy a empezar diciendo que conozco a dos tipos de personas: las que lo leyeron y lo amaron, y las que todavía no lo leyeron.
Por mi parte puedo decir que es uno de mis libros favoritos de la vida. Cada tres o cuatro años lo releo. No falla nunca. Mejora con el paso del tiempo, como los vinos o la voz de Gardel.
Durante mucho tiempo no lo conocía nadie acá en Argentina, pero ahora hace tiempo ya que se empezó a correr la voz. Me gusta creer que soy uno de los responsables de eso. Ahora lo edita Galaxia Gutenberg, creo que se consigue nuevo.
Es difícil hablar de un libro sin spoilearlo, pero voy a tratar. Nunca leo las contratapas, me parece que muchas veces revelan mucho más de lo necesario.
Yo lo descubrí hace tiempo, creo que era el 2003 o el 2004. Me lo recomendó Hugo, mi maestro librero. Me dijo:
-Pato, leelo, después me contás. No te digo nada más.
Así que ese mismo día me compré la edición chiquita de Destino. Me acuerdo que lo pagué $12, una ganga.
Lo leí en unas horas -es un libro breve-, y cuando lo terminé, lo empecé otra vez y me lo leí de nuevo. Así de corrido, dos veces seguidas. Hice esto sólo con Los adioses de Onetti y con ningún otro libro más en toda mi vida.
Porque una de las tantas virtudes de Una soledad demasiado ruidosa es que empezás a leerlo y no lo podés soltar. Hay algo en la prosa que la vuelve hipnótica, adictiva; posta que no sabés nunca en qué momento cortar, ni para ir al baño. Cada capítulo es una joya.
Es de esos libros que tienen todo: una historia atrapante, original; un personaje entrañable con el que te encariñás mal (un viejito hermoso que prensa cantidades industriales de papel, entre los que hay libros y reproducciones de cuadros, en un sótano de Praga); una prosa ágil, profunda y llena de belleza; escenas inolvidables como la de las gitanas; y la capacidad de fundir en una misma historia el mundo culto de los libros y el mundo marginal de los suburbios de Praga.
Es un libro maravilloso, redondo, luminoso. De esos que te transfiguran, te cambian el humor, te alegran el día.
No sé que más se le puede pedir a un libro.
Ojalá lo busquen, lo lean, y lo disfruten.
(Ciudad de Buenos Aires, Argentina). Patricio Rago es escritor y librero en Aristipo Libros, librería especializada en literatura, filosofía y ciencias sociales. Su último libro es Ejemplares únicos (Bajolaluna, 2019).
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