Por Gisela Paggi
La historia nos ha contado que los hombres han domado a la naturaleza. En esa batalla histórica, donde se vio desde los orígenes de los tiempos al mundo natural como un objeto a ser domado y explotado, la raza humana se lanzó a la aventura de explorar lo inhóspito, siempre atraído por las tierras exóticas. Pero siempre ha sido eso: el hombre protagonista de una aventura donde demostrar su superioridad, su valentía y su determinismo. ¿Y dónde estuvieron las mujeres en esa aventura?
Abi Andrews se debate sobre la figura del hombre de montaña (esos hombres que decidieron vivir en la libertad de las Montañas Rocosas de la Ámerica del Norte aunque bien sirvieron a la economía de la peletería y a las grandes corporaciones) en una novela que escapa a cualquier tipo de encasillamiento. En un mundo que se esfuerza por alimentar su costado más voraz y destructivo, una joven se dispone a realizar la antigua cruzada de los mountain men para demostrar una idea esencial: que su condición de mujer no puede impedirle llevar a cabo semejante empresa.
A medio camino entre el diario, la bitácora, el ensayo y la novela de aventuras, Tundra se nos muestra como la historia de una mujer con determinación que se abre camino ante los peligros que asechan en una tierra solapadamente violenta. Desde el inicio de su viaje (con la renuncia al confort social que implica la casa familiar en Inglaterra), su travesía por agua por el Mar del Norte y por tierra por territorio canadiense hasta su objetivo, Alaska, Erin testimoniará su viaje con su cámara pensando en un futuro documental. Mechada con extensos fragmentos de profunda intelectualidad que acercan el texto a su costado más ensayístico, la protagonista meditará sobre las más variadas vertientes de la historia del mundo.
Pero no solo eso: Abi Andrews avanza hacia una narrativa experimental que conjuga diversos registros con fotografías e ilustraciones. Una técnica que puede pensarse como demodé y que, por momentos, interfiere con el relato, pero cumple con su objetivo de mostrar que no solo es cuestión de romper con los antiguos estereotipos de género, sino también con la narración entorno a una narrativa históricamente perteneciente a los hombres. Andrews impone su propia firma con brío y osadía en un texto completamente dialogal. Hay una conversación ininterrumpida con Jack London, con Henry David Thoreau, con el Unabomber, con Rachel Carson. Parece querer devorar todo el conocimiento del mundo.
ANDREWS, Abi: Tundra. Chai Editora. Buenos Aires, 2020. Traducción de Virginia Higa.
Un bonus track para dialogar:
Lento regreso, de Peter Handke. El camino inverso que hace un hombre, desde Alaska a su hogar en Europa donde el eje de la narración está puesta en el espacio. (El cuenco de plata. Trad: Eustaquio Barjau).
Una vida sin principios, de Henry David Thoreau. El hombre no contra la naturaleza, sino en armonía con ella, en un encuentro amoroso cuyo espacio invita a la reflexión sobre la humanidad en sí y nuestro lugar en el planeta. (Ediciones Godot. Trad: Macarena Solís).
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