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Morayo

Por Gisela Paggi


LADIPO MANYIKA, Sarah: Morayo. Metalúcida. Bernal, 2020. Traducción de Sandra Buenaventura.

A menudo la literatura nos muestra la vejez como el final de un largo recorrido donde personajes que vaticinan el desenlace de sus vidas se colocan frente a un debate metafísico sobre sus propias existencias. Una especie de raconto donde se busca redimir a hombres y mujeres que no han llegado a descubrir a tiempo las posibilidades infinitas que da la vida.

Pero en Morayo, de Sarah Ladipo Manyika (editada recientemente por Metalúcida) la vejez se nos muestra como una nueva oportunidad que, en realidad, podría verse como una tercera o cuarta oportunidad. En este caso, una nigeriana de 75 años radicada en San Francisco, a las puertas de la postmodernidad, en una ciudad que se alimenta de la libertad en todos sus más bellos colores, vivirá con la frescura que le da una personalidad sumamente atractiva y desaforada que ya disfrutó de una vida feliz y pretende no renunciar a ese privilegio cuando el mundo comience a verla como una anciana.

Lo más atractivo de esta novela probablemente sea la forma en que esa mujer se nos va develando. Morayo se construye así misma a través de su voz y se construye, a su vez, con la ayuda de una galaxia de personajes que giran en torno a ella como fascinados y atraídos por la luz que irradia. Un rompecabezas de testimonios dan forma a una historia con renovada imaginación donde un personaje desbarata todos los parámetros que podríamos establecer en torno a ella. El amor por la vida en sus más variables vertientes es el impulso de este relato donde el destino es relativo y está subestimado, a cualquier edad.

Pensar en Morayo, observarla y analizarla, es encontrarse con todo aquello que soñaríamos alcanzar en la vejez. Esa mujer que ha vivido de la literatura, sofisticada y apasionada es un fácil objeto de empatía y ese remolino de pensamientos que confluyen en su mente le dan un toque de ironía que vuelve a este libro delicioso y que no pasa desapercibido. En esa conjunción de voces que pasan como flashes por la vida de Morayo, se percibe el reflejo de una mujer que luchará contra esa mirada que le devuelve la sociedad. Nunca será tarde para el deseo, la lujuria, los anhelos más apremiantes en una mujer que aún está dispuesta a dar un salto más.


 

Bonus track para dialogar:


Toda pasión apagada, de Vita Sackville-West. Una aristócrata, a la muerte de su marido y ante el espanto de su familia que siempre la vio como una mujer indefensa, decide valerse por sí misma y disfrutar de la libertad que le brinda la viudez. (Alfaguara. Trad.: Beatriz García Ríos).


Memorias de Manhattan, dirigida por Ricahard Loncraine (2014). Protagonizada por Diane Keaton y Morgan Freeman. Una pareja madura se encuentra frente a las nuevas dificultades que le presenta la gran ciudad y se debaten sobre si no será tiempo de permitir que otros los ayuden a decidir su destino.

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