A modo de editorial
Año III - N32/33
Edición especial - Feria Internacional del Libro de Buenos Aires
Todo comenzó con unos puestos en ferias callejeras organizadas por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), en 1971. Era una forma de llegar a los lectores en forma directa y así buscar formas más hábiles de difusión del libro. En los tres años siguientes, la SADE organizó 35 ferias de libros en calles, plazas y parques. Años álgidos de la historia reciente de nuestro país. Una democracia que se debilitaba cada día y sobre la que se proyectaban sombras conocidas pero que prometían ser fuerzas renovadoras.
En 1975 comenzó, oficialmente, la Feria del Libro de Buenos Aires. Recién una década después se crearía la Fundación El Libro y la Feria crecería hasta límites insospechados, convirtiéndose en uno de los eventos literarios más importantes del mundo.
En sus 47 ediciones atravesó los más oscuros momentos de la política y la sociedad argentina. Sorteó la censura de la última dictadura y la amenaza de la desaparición, las crisis cíclicas de la economía argentina y los momentos de desencuentro de la sociedad. En sus 47 ediciones vio instaurarse una feroz dictadura, la vio crecer y ser ovacionada por un Mundial, vio los estragos de una guerra injusta y la vio declinar y desmoronarse. Vio como la pequeña luz de la democracia iba cobrando fuerzas para iluminarlo todo. Sufrió a la par de los bolsillos de los lectores y de los editores. Se dio el lujo de ser el paso obligado para los grandes de la literatura y que en sus salas, por ejemplo, conversaran Borges y Susan Sontag.
Solo una pandemia de proporciones insospechadas pudo interrumpir su caminar. Pero resurgió, disculpen el lugar común, como el Ave Fénix. Y en sus pasillos vuelven a resonar las voces del alegre encuentro de editores, lectores, escritores, bibliotecarios, docentes, alumnos, periodistas, críticos y algún que otro curioso. También se deja escuchar la queja amarga de la crisis del papel.
En la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires siempre hay un lugar de discusión y de debate. Se da naturalmente aunque haya quienes busquen todo lo contrario. Y aunque a veces los detractores del disenso y de la pluralidad llenen las salas, la Feria le pertenece a los lectores más variados. A los lectores que discuten, que quieren elegir libremente qué leer y que se atreven a descubrir a un nuevo autor.
Por eso esta edición doble de Ulrica Revista está dedicada a la Feria. Porque es de todos y es para todos.
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