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  • Foto del escritorUlrica Revista

El relámpago en la hoja, poesía de Yulesei Cruz Lezcano



La caza

La caza apaga la música del mundo,

alimenta escuálidos fantasmas

y mancha de rojo el bestiario de las nubes

que respiran entre el bullicio de tinieblas.

La casa instiga y el perro atroz

que corre detrás del pájaro asustado,

que acosado,

en las pausas de su respiración indefinida,

sabe que vale poco su vida

con el dolor de vivir un tránsito irreal.

La casa parece una cosa natural,

el hombre por deleite se divierte

entre huesos anónimos

de pobres criaturas,

huesos desamparados en la blancura

de la agonica certezza de lo inevitable.

Lo que se arrastra, lo que vuela, lo que camina,

el hombre, con su mano divina,

destruye y crea, todo es vulnerable,

cerca del alba donde la muerte

gotea desde cada uno de sus poros

y lo absurdo se vuelve insoportable.


El mar

Donde aterriza el águila

no hay camino,

hay un anciano pastor

sentado sin ganado.

Los niños agrupados,

uno de ellos

en pajonales de empeño,

detrás de una mesa.

Miro

el lugar de las manos

que separa el fruto recogido.

Miro

como un cachorro

recién nacido

Miro

este mar que es un campo de olivos,

una copa llena de aromas

por el viento.

Miro,

cierro los ojos y siento

entra, pasa, vuela, llega

una copa que se apega

con fácil apegamiento.

El mar es una corola de buenos momentos,

de higos secos que se ven

con los ojos interiores.

En los momentos mejores

es vela, ancla, bauprés,

una copa que a mis pies,

con el tiempo vivido se imanta.

El mar es una fuente sostenida,

donde rueda una moneda viva

que en el pecho me canta.


El relámpago en la hoja

Mi primera derrota

fue

aquí- en el mudo,

sin ramas.

Se doblaban mis pulmones

sobre una cresta de viento,

un aliento,

rapaces que creía de escuchar

a mis espaldas.

Sin atreverme a mirar,

mis miedos brotaban dentro de fríos,

más reales que una uña de mi mano.

La sombra de mis sentidos

resbalaba por mis mejillas

como un cadáver rodando.

En la joroba de las cicatrices,

esperando,

me hice astillas

y en la inefable orilla,

donde busqué un puerto, tabla a tabla,

encontré un dolor que habla

con los nervios abiertos

de la memoria que trabaja.

Los oídos poblados

de una gota solar que se ofrecía

sombra cegante: fanal, golpe de dagas

para desfondar el pecho,

por no haber hecho

lo que debía.

Con un perversidad que me confundía,

se despertaba la melancolía

del tiempo que se adueña

de la mujer que suda y sueña

lo vivido.

En un hornillo mortal,

el pasado pegado a un hilo,

me pide muerte mientras besa

una canción que pesa

y va volviendo en lo que se va.



 

(Bolonia – Italia). Nació en Cuba el 13 marzo del 1973. Actualmente vive en Marzabotto (Bolonia). Emigró a Italia a la edad de 18 años, estudió en la Universidad de Bolonia y consiguió su título en Ciencias enfermeristicas y obstetricia. Consiguió, además, un segundo título en Ciencias biológicas. Trabaja en la salud pública. Nos cuenta que en su tiempo libre ama dedicarse a la escritura de poemas y relatos. Ha obtenido reconocimientos importantes en diversos premios literarios. Su poesía está presente en distintas antologías y revistas, tanto italianas como de otros países. Ha sido traducida en distintos idiomas. Es miembro de honor del Festival Internacional de la Poesía de Tozeur en Túnez.

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