Por Lucía Osorio
En El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad aborda temas como el colonialismo, el choque de culturas, el racismo y la violencia. Para este texto, se inspiró en su experiencia de viaje al Congo y retrató un espacio colonizado y devastado por el rey Leopoldo II de Bélgica.
El relato tiene como protagonista y narrador a Charles Marlow. Su viaje tiene un fin concreto: encontrar al jefe británico de una explotación de marfil, un hombre de apellido Kurtz. Durante el proceso, Marlow descubre que se trata de un personaje misterioso al que los nativos idolatran como si fuera un dios, pero que parece haber caído en una locura bestial. Lo que más destaca en esta novela de Conrad es la capacidad del narrador para involucrar la historia y la subjetividad del protagonista en la misma escritura. Es un trayecto en el que acompañamos a Marlow en su viaje hacia las profundidades del Congo y hacia el interior de su alma. A partir de un relato enmarcado, Conrad se sirve de una dualidad narrativa, y el texto adquiere la libertad de entrar y salir del ensimismamiento sin dejar de estar cerca de sus personajes.
En 1979 Francis Ford Coppola estrena Apocalypse Now, trasponiendo la novela original de Conrad al contexto de la Guerra de Vietnam. La película se ha convertido, desde entonces, en un clásico del cine y se ha destacado por lograr transmitir con gran eficacia el espíritu del libro original, un texto que sigue generando relecturas y adaptaciones - en 2019 se estrenó Ad Astra, de James Gray, en donde el viaje hacia las profundidades se traslada al espacio exterior, y en donde Marlow y Kurtz son, además de soldados, padre e hijo.
Sin embargo, existe una película que involuntariamente es una de las mejores adaptaciones del texto de Conrad, y se trata de Hearts of Darkness: A Filmmaker's Apocalypse (1991), de Eleanor Coppola. Este documental acompaña a Francis Ford Coppola durante el proceso de producción de Apocalypse now desde el guion hasta el estreno, y nos presenta a un director de cine obsesionado con el proyecto más ambicioso de su carrera. Presupuestos millonarios, tormentas y tifones, actores irreverentes, rodajes suspendidos, y un Francis siempre en cuero, acalorado frente a su máquina de escribir, embarcado en un viaje que parece tortura, intentando hacer encajar su película en medio del caos. En este documental que lleva adelante Eleonor, esposa de Coppola, Marlow es Francis y Kurtz es la película inacabada. El rodaje de Apocalypse now duró 238 días.
Hay unos pocos rodajes en la historia del cine que fueron tan caóticos, problemáticos o ridículos que supieron aportar ese ingrediente épico a la tarea cinematográfica. Cuando eso sucede, un rodaje así puede registrarse en un diario escrito - es el caso de La conquista de lo inútil, sobre el rodaje de Fitzcarraldo de Herzog, o El mono en el remolino sobre el rodaje de Zama, de Lucrecia Martel. Pero en este caso, para registrar el rodaje de Apocalypse now existe una película, que en el afán de dejar testimonio de un rodaje histórico adapta el tono de ese texto original sobre el que se apoya la película dentro de la película. Eleonor se mete en el corazón del rodaje, en el de Francis y en el de las tinieblas.
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