A modo de editorial
Edición N39
La vida de una revista literaria tiene mucho de felicidad a la par del arduo trabajo que lleva cada publicación. Entre esos momentos felices están haber conocido a Jorge Ferro.
Su reciente fallecimiento, tras una larga enfermedad, deja un espacio vacío en el mundo académico argentino y en los que tuvimos la fortuna de habernos cruzado con él. Fue Doctor en Filología, investigador principal del CONICET y docente universitario. Se especializó en filología medieval y literatura inglesa. Dentro de su labor incansable fue uno de los principales difusores de la obra de J. R. R. Tolkien en nuestro país, siendo uno de los co-fundadores de la Asociación Tolkien de Argentina (1987), filial del asociancionismo tolkienista mundial surgido en los Estados Unidos en la década del 50. La filial argentina fue la primera y precursora en el mundo de habla hispana. Fue autor de innumerables artículos, reseñas, trabajos académicos y libros publicados en ámbitos nacionales e internacionales.
Pero ningún perfil humano se agota en lo académico. Su elección de ser discípulo intelectual de Tolkien y de G. K. Chesterton lo dotó, además, de un perfil afable y de un fino sentido del humor. Su firme fe católica lo llevó a practicar las virtudes teologales y cardinales con la humildad, la sencillez y la sutileza de un caballero de la antigua usanza.
Nos toca despedir a este amigo y colaborador de Ulrica. De alguna forma podemos imaginarlo con la templanza y la apacible alegría con que Gandalf, Bilbo y Frodo se embarcaron hacia las Tierras Imperecederas de Aman del legendarium tolkeniano.
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