La reflexión y la introspección en un poema impactante
Cómo no se resuelve un kōan*
I
¿no es eso que suena
una pared cayendo en medio
de una habitación abandonada?
¿no son los padres de esta
brutal rareza
quienes adeudan
una estructura neuro – mental medianamente
sostenible?
sobre todas las cosas quiero un árbol que fosilice
con su leñosa existencia
esta genealogía
la insoportable carga
de la herencia
un árbol cuya raíz soporte
los nuevos términos que exige
la superficie
marcharse es igual a derramarse
voy a soltar la siembra
sobre el escombro
voy a soltar la furia
sobre los nombres ocultos
de eso que elegimos casi siempre por descarte
como incuestionable
II
un árbol cae en un bosque y nadie está cerca
para oírlo
el sonido que produce está franqueado
por lo metafísico
agrietado
por lo infinito
aprendí demasiado tarde
que exclusivamente existimos en la medida en que somos
percibidos
en la medida en que algún otro
decide jactarse
de nuestra presencia
¿lo aprendí o me convencieron
-colonizándome-
de haberlo aprendido?
¿está efectivamente completa
esta revelación?
¿y qué es eso que suena
en medio
de una habitación abandonada?
tener que irse no siempre está ligado
a la cobardía
marcharse puede ser igual a corregirse
atravesar la pared con peligrosa armonía en desmedro
de la secuencia final
III
autoconciencia como refugio
aunque creíble
inestable
un balanceo exigido
por quienes suscriben
dije algo inútil que consiguió atraer la atención
del superotro
demoledora manera
de existir
dije algo inútil que consiguió desplazar la posición
consolidada
de la pared en medio
de la habitación
sobre todas las cosas quiero abandonar el espacio
de meticulosidad sonora
sobre todas las cosas quiero un árbol
donde colgar la hamaca
antes de irme
*En la tradición zen, un kōan es un problema que el maestro plantea al alumno para comprobar sus progresos. Muchas veces el kōan parece un problema ilógico, absurdo o hasta banal. Para resolverlo, el novicio debe desligarse del pensamiento racional común y entrar a un nivel más elevado de su conciencia, ya que el kōan en cuestión probablemente trascienda el sentido literal de las palabras. Uno de los kōan más famosos es aquel en el que el maestro hace batir sus palmas y dice al alumno: «Este es el sonido de dos manos. ¿Cuál es el sonido de una sola mano?»
(Buenos Aires, Argentina). Vanesa Almada Noguerón nació en 1980. Tiene estudios en Letras y en Gestión Cultural. Participó en diversas publicaciones antológicas, revistas culturales de difusión virtual, ciclos de lectura y festivales nacionales e internacionales, tales como FIPA (Festival Internacional de Poesía del Atlántico, 2014), La Juntada-Festival Internacional de Poesía Joven (2015 a 2018), FIPMAD (Festival Internacional de Poesía de Madrid, 2017), Festival de Poesía de Acá (Mar del Plata, 2018), Festival de Poesía El Mamut (San Bernardo, 2020), Festival Poético Onírico Internacional (Reino Unido, 2020). Actualmente reside en la ciudad de Mar del Plata y colabora en Liberoamérica, revista y plataforma literaria. Edita el blog «Chorrera de palabras» Publicó Entre los ruidos (Baldíos en la Lengua, 2015), Quemar el fuego (Autogestivo, 2017), Los demás (Liberoamérica, 2019) y Límbica (El Taller Blanco, 2020 – en proceso de edición). Podés seguirla en @vanesa.almada.nogueron
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