Por Claudia Capel
Invitamos a Claudia Capel, generosa colaboradora y amiga de esta revista, a que nos cuente sobre su nuevo libro en que, utilizando la poética de la ficción, se adentra en la vida y literatura de once escritoras maravillosas.
Las historias cambian según quién las cuenta y la literatura del siglo XX está contada por hombres en abrumadora mayoría. Si repasás las listas de autores publicados y premiados, si revisás los estantes de las bibliotecas (incluso la tuya), verás que cada cien escritores aparecen muy pocas escritoras. Este dato invisible es la inspiración de mi libro Ancestras, once escritoras: contar la historia literaria del XX a través de once mujeres maravillosas.
Elijo la palabra «ancestra» y resulta que no está en el Diccionario. Si queremos hablar de abuelas, madres y mujeres anteriores a nosotros, hay que decir «ancestro femenino» y esa inexistencia, ese olvido, confirman el título de mi libro. Se nos ofrece la palabra «antepasada», que solo marca el tiempo, mientras lo ancestral abarca un tesoro.
Elijo el 11 porque es el número mágico de la Fuerza, símbolo de la premonición, la voluntad y el motor espiritual de los sueños.
Es un libro de cuentos de no ficción, las protagonistas son reales, iluminan nuestro idioma materno, sus libros existen (puedes leerlos) y sus vidas revelan hábitos antepasados que ocurren todavía, a pesar de las promesas de cambio entre el XX y el XXI.
La primera es Rosalía de Castro, hija de madre soltera y padre cura, bautizada como «hija de padres incógnitos» con prejuicios y leyendas negras. Una visionaria que publica Lieders en español siete décadas antes de A Room of One´s Own de Virginia Woolf en inglés.
Victoria Ocampo, Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, tres argentinas únicas sesgadas por etiquetas. Una por aristócrata, algo que opaca su obra literaria, y dos poetas maravillosas que padecen la de «poeta suicida», como si la muerte fuera más importante que la vida.
Las españolas Carmen Conde, primera académica admitida en la Real Academia Española; María Zambrano, primera escritora en recibir el Premio Cervantes; Gloria Fuertes, limitada a autora infantil sin reconocer su diversidad y su palabra de mujer (como María Elena Walsh); la desconocida Pilar de Valderrama, poeta antes y después de Antonio Machado y su musa Guiomar; la cosmopolita Zenobia Camprubí y su voz más allá de Juan Ramón Jiménez.
Elena Garro, transgresora, eterna escritora mexicana que todavía no se nombra con libertad por la maldición que carga su nombre. Julia Urquidi, convertida en personaje de ficción, vulnerada su vida y vendido su nombre por un autor de novelas y telenovelas.
En estas once historias hay vida real, hijos vivos y muertos, talento, soledad, melancolía, momentos felices, exilios, amor y malamor, libros y supervivencia.
Sus historias son escalofriantes. No tenían nada, había poco, era difícil la comunicación. Padecen exilios, rechazos, burlas, aislamiento literario y palabras terribles por ser mujeres: está loca, es rara.
Cada capítulo de Ancestras es el nombre de la autora. No fueron elegidas al azar sino después de muchas lecturas para recibir de cada una sus mensajes. En este texto para Ulrica elijo un mensaje de Victoria Ocampo: «Predicar en el desierto es una vocación como cualquier otra».
Me identifico con sus palabras. Siento que las escritoras, ilustradoras, abogadas, cocineras, traductoras, ingenieras, médicas, artesanas, «locas» y «raras» predicamos en el desierto.
Victoria fundó la revista y editorial SUR, sola, sin apoyo familiar, literario ni político y tuvo que esperar más de cuarenta años, en su propia casa, para publicar una edición especial, septiembre 1970- junio 1971, con el título «La mujer». Su Consejo Editorial, elegido por ella, le recomendó durante décadas no hacer algo así, «solo para mujeres». Como si la literatura fuera una cosa de hombres.
Espero que los libros no sean ahora ni nunca más cosas de hombres o mujeres sino de personas y podamos leer algo más libre, mínimo y diverso que lo que promueven los premios, las academias, la antigüedad editorial y «los grandes nombres». Nada es grande si no existe en lo pequeño.
Ancestras, once mujeres es un libro de humanidad, vidas reales, obras literarias y personas dedicadas a la literatura. Ojalá no sea una «cosa de mujeres» y se lea más allá de los nombres de las ancestras y del mío.
Nació en Buenos Aires (Argentina). Adoptada por Sevilla, es escritora y traductora de inglés. Autora del libro de poesía Animalidad (Premio Juan Crisóstomo Lafinur), entre otros. Publicó Borges invisible (Biografía). Directora de las revistas de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, Prisma y Proa entre 2010 y 2017. Coordinadora de muestras literarias con el Museo del Escritor de Madrid para Andalucía: El infinito Borges, El universo de Julio Cortázar y Cronopios. Dicta los talleres Ars Poeticca: poesía y escritura personal en Fundación Cajasol, Fundación Caballero Bonald y online en http://arspoeticca.com
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